Nicolas paganini y su éxito en el su vida

 Para hablar de Nicolo Paganini debemos embarcarnos en un viaje en el tiempo, concretamente a la Italia de finales del s. XVIII. Nuestro protagonista ya mostraba grandes dotes musicales desde pequeño, pues aprendió a tocar la mandonila con tan sólo cinco añitos.

Que un niño tocara un instrumente desde tan temprana edad no era algo muy frecuente en la época. Y aquí comezó la leyenda, pues se dice que una noche, mientras su madre dormía, el diablo se le apareció para decirle que el pequeño estaba destinado a ser un virtuoso de la música.

También existe el relato de que fue el propio Paganini quien rezó al diablo y le vendió a éste su alma a cambio de que le hiciera ser un virtuoso del violín. Otras historias cuentan que a su madre no se le apereció el diablo, sino que fue un ángel el que le dijo que su hijo sería un virtuoso del violín.

Fue entonces cuando su padre, movido por esta aparición diabólica o angelical, obligaba al pequeño a ensayar y estudiar durante más de diez horas, y posteriormente decidió que el pequeño Nicola debía tener un profesor que le enseñara las artes musicales. Pero cuando esto sucedió, y su maestro le escuchó tocar. le dijo que no podía hacer nada por él, y no porque el chaval fuera malo, todo lo contrario, decía que no tenía nada que enseñarle.

El tiempo pasó, y el violinista y compositor italiano Niccolò Paganini sufrió su andadura musical con la corta edad de diez años, cuando dió su primer concierto. Cuando se presentó por primera vez ante el público, su aspecto físico hizo que la leyenda se hiciera aún más real. Era un chico con una fisionomía un tanto extraña, sufría una enfermedad llamada Síndrome de Marfan o Ehlers Danlos, que afectaba a sus extremidades





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